Un
hombre diagnosticado con VIH y con una forma aguda de cáncer (Leucemia), está
libre del virus. Se trata de Timothy Brown, y según sus médicos, es el
primer paciente en la historia de la humanidad en curarse del VIH.
Brown
siguió a una serie de tratamientos que intentaban frenar el avance del VIH,
además de seguir quimioterapias que debilitaban su organismo. Ante su delicada
situación, los médicos que siguieron su caso decidieron someterlo a dos
intervenciones riesgosas.
Fueron
dos trasplantes de médula ósea de un donante resistente al virus del VIH. Se
sabe que una de cada 100 persona, la mayoría europeos del norte, tienen esta
característica genética. Posteriormente sus análisis fueron más que
esperanzadores: Brown ya no tenía el virus del Sida en su organismo.
Durante
la Conferencia Mundial sobre el Sida 2012: Desafíos y Soluciones, organizada
por USAID-Perú, los expositores analizaron la hazaña científica que ha
trascendido fronteras.
"Si
bien este caso es muy interesante, no es una solución para el VIH, porque el
suprimir la célula ósea es una intervención muy invasiva que pone en riesgo la
vida de los pacientes", dijo a RPP Noticias el doctor Pablo Campos,
director de Calidad en Salud de USAID.
Además
de su elevado costo, el experto manifestó que otra de las razones por la que
este trasplante no acabaría con la epidemia SIDA, radica en el número reducido
de donantes que tienen esta mutación genética, la cual cierra las puertas del
organismo al VIH.
"No
se trata de cualquier donante. Tienen que buscarse donantes que tengan esta
mutación para que funcione. Para tener una idea, la presencia de este receptor
o donante en nuestra población es menor al 2%", sostuvo.
A
ello se suma que esta intervención no es un procedimiento muy común que se
realiza en nuestro país, donde hasta hace poco solo existía un Centro de
Trasplante de Médula Ósea.
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